sábado, 28 de junio de 2025

LOS BARROTES DE PAPEL

Los barrotes que nos mantienen prisioneros no son imaginarios ni un delirio de nuestras cabezas: están en los derechos que no podemos tocar y en las leyes que nos inmovilizan.

 


Vivimos inmersos en una estructura jurídica que opera como una prisión invisible. Sus barrotes no son metáforas: existen. Son normas, registros, ficciones legales y mecanismos de coerción que delimitan lo que podemos hacer, decidir o incluso desear. No son ilusiones que se disuelven “subiendo la frecuencia” ni ignorándolos con frases místicas. Pero tampoco son indestructibles.

Cuanto más los nombramos, estudiamos, comprendemos y desenmascaramos, más capacidad ganamos para evitarlos, rodearlos, burlar sus trampas o, al menos, dejar de considerarlos legítimos. El primer paso no es negarlos, sino verlos con claridad. Y el segundo, aprender a moverse entre ellos con inteligencia estratégica.

En lo que sigue, abordaremos diez de estos barrotes: no desde el victimismo, sino desde la lucidez. Veremos cómo operan, qué efectos tienen y —sobre todo— cómo enfrentarlos sin caer en la trampa de la obediencia ni en la fantasía de las fórmulas mágicas.

1. La FICCIÓN JURÍDICA de la “persona”

Qué es:
Cuando naces, no se registra a un ser humano: se registra una persona jurídica. Esa "persona" no eres tú, sino una representación legal (nombre completo, sexo, filiación, fecha, nacionalidad...).

Función del barrote:
El sistema no trata con seres vivos, sino con entidades registradas. Cualquier derecho, contrato o deber se te impone a través de esa máscara jurídica. Tú eres el garante físico de esa ficción.

Ejemplo:
No puedes actuar sin un documento. El sistema te obliga a hablar y actuar en nombre de esa persona registrada. Sin documentos tus hijos no pueden ir a la escuela, ni puedes viajar al extranjero ni puedes abrir una empresa etc

2. El REGISTRO como trampa de entrada

Qué es:
Todo acto vital se registra: nacimiento, matrimonio, domicilio, propiedad, empleo, muerte. Pero esos registros no son tuyos, pertenecen al Estado.

Función del barrote:
El registro es una forma de dominio encubierto. Si no estás registrado, no existes legalmente, ni eres "dueño" de tu casa. Si lo estás, estás sujeto al ordenamiento que te incluye.

Ejemplo:
Tu vivienda está “a tu nombre”, pero lo que se reconoce es tu condición de “titular registral”, no de dueño absoluto. Si el Estado quiere, expropia, ejecuta, anula.

3. El CONTRATO SOCIAL no consentido

Qué es:
Se presupone que tú aceptas vivir bajo las leyes del Estado por el solo hecho de nacer o vivir en su territorio.

Función del barrote:
No hay consentimiento explícito, pero se aplica como si lo hubieras firmado. El contrato es forzado y unilateral.

Ejemplo:
Pagas impuestos, obedeces leyes, cumples obligaciones... pero nunca firmaste nada. Y si intentas objetarlo, te reprimen, te excluyen o te tildan de loco.

4. Los DERECHOS INDISPONIBLES

Qué son:
Son derechos que, aunque se te reconocen, no puedes ejercer a tu voluntad, porque están supeditados al “interés general”, “orden público” o “protección del menor”.

Función del barrote:
El Estado decide por ti en temas como: patria potestad, salud, educación, integridad del cuerpo, custodia de hijos, vacunación, asistencia médica, eutanasia. Como si fueras un incapaz que no sabe ni lo que quiere ni lo que le conviene.

Ejemplo:
No puedes sacar a tu hijo del país si hay un proceso judicial. No puedes negarte a recibir determinadas vacunas en ciertos regímenes. No puedes decidir morir asistido aunque lo desees.

5. El MONOPOLIO DE LA FUERZA Y DE LA INTERPRETACIÓN

Qué es:
El Estado tiene el monopolio legal de la violencia (policía, jueces, sanciones) y de la interpretación del derecho (tribunales, jurisprudencia). Lo mismo que pasaba con los patricios y el vulgo en Roma, (muy interesante si quieres ampliar)

Función del barrote:
Aunque conozcas la ley mejor que tu abogado, no sirve de nada: el juez tiene la última palabra, incluso si viola el sentido común o la lógica del propio código.

Ejemplo:
Una madre con pruebas de abuso pierde la custodia por “obstaculizar el vínculo”. Aunque el fallo sea ilegítimo e ilegal, nadie lo revoca si no conviene al sistema.

6. El LENGUAJE JURÍDICO como código cifrado

Qué es:
El derecho positivo se expresa en un idioma opaco, lleno de tecnicismos y palabras-trampa que ocultan su verdadero efecto.

Función del barrote:
Si no hablas ese idioma, no puedes defenderte. Dependes de un abogado que juega en la misma cancha que el juez y que muchas veces está más comprometido con el procedimiento que contigo.

Ejemplo:
“Custodia compartida”, “interés superior del menor”, “suspensión del régimen de visitas”, “ejecución forzosa”... Son eufemismos para procesos que muchas veces implican violencia institucional.

7. La TRAMPA DE LOS PLAZOS Y LA CARGA PROBATORIA

Qué es:
El sistema impone plazos rígidos, plazos de prescripción, requisitos procesales y una lógica perversa de quién tiene que probar qué.

Función del barrote:
Puedes tener razón, pero si no actúas en el plazo exacto, si no presentas el documento correcto, o si no puedes probar lo que pasó, pierdes.

Ejemplo:
Un abusador queda libre porque la víctima denunció fuera de plazo. O porque la prueba fue “no concluyente”. No importa si el juez sabe que es culpable. El sistema no lo reconoce.

8. El DERECHO COMO INSTRUMENTO DE INGENIERÍA SOCIAL

Qué es:
Las leyes no se hacen para proteger a la persona, sino para modelar conductas: fomentar ciertos tipos de familia, castigar otras, promover ciertos valores y penalizar otros.

Función del barrote:
Te crees libre, pero tu conducta es condicionada por amenazas legales o beneficios legales.

Ejemplo:
Si formas familia según el modelo del Estado (matrimonio registrado, con roles definidos), tienes subsidios. Si crías sola puedes perder la custodia.

9. El PACTO TRIBUTARIO INVISIBLE

Qué es:
El Estado se financia con tu esfuerzo, pero no lo reconoces como contrato. Se presenta como deber moral o legal incuestionable.

Función del barrote:
Trabajas medio año para pagar impuestos. Luego debes justificar en qué gastas lo tuyo. Pero el Estado nunca justifica lo que hace con lo que te quita.

Ejemplo:
Impuestos indirectos, IVA, cotizaciones obligatorias, tasas judiciales. Pagas hasta por litigar.

10. El MITO DEL ESTADO DE DERECHO

Qué es:
La creencia de que todos somos iguales ante la ley y que la justicia es objetiva, neutral y predecible.

Función del barrote:
Sirve para disfrazar la desigualdad estructural, los fueros, los privilegios de clase, los pactos de poder, la impunidad institucional.

Ejemplo:
Tú vas a la cárcel por una deuda o un error. Un político o un empresario con abogado y lobby sale absuelto “por falta de dolo” o “prescripción.

 

Ahora vamos a desmontar los barrotes uno por uno. Pero no con palabrería estilo “cree y se te dará”, sino con estrategia práctica, lúcida y sin autoengaños. El objetivo no es evadir el sistema con fórmulas mágicas, sino entender su arquitectura y detectar las grietas por donde puedes moverte con autonomía

 CÓMO SE ENFRENTA CADA BARROTE 

1. La ficción jurídica de la “persona”

Barrote: El sistema no reconoce a la persona viva, sólo a la entidad registrada.

Cómo se enfrenta:

  • Asume que no puedes salir del juego, pero puedes aprender las reglas. No luches contra la ficción: úsala con conciencia.

  • Domina el lenguaje jurídico básico: necesitas saber cuándo estás actuando “a nombre de”, cuándo estás siendo tratado como garante, cuándo estás siendo embargada no a ti, sino a la entidad.

  • No firmes nada sin entenderlo. Cada firma es un acto sagrado en este mundo. Firma como representante consciente, no como víctima.

Estrategia realista:
No huyas del DNI ni del pasaporte. Aprende a interpretar los efectos jurídicos de cada documento y a limitar su uso a lo necesario.

2. El registro como trampa de entrada

Barrote: Si no estás registrado, no existes legalmente. Pero si lo estás, estás atrapada.

Cómo se enfrenta:

  • No registres nada innecesario. Cada inscripción crea una huella jurídica.

  • Explora figuras como fideicomisos, donaciones entre vivos, titularidad fiduciaria para mantener los bienes separados de tu identidad registral.

  • Usa herramientas legales a tu favor, no desde el miedo sino desde el conocimiento: actúa desde la capa superior del sistema, no desde la más expuesta.

Estrategia realista:
Crear un fideicomiso no para evadir impuestos, sino para limitar tu exposición patrimonial. Lo puedes constituir entre vivos, incluso sin bienes, como escudo anticipado.

3. El contrato social no consentido

Barrote: Estás obligada a obedecer leyes que nunca aceptaste.

Cómo se enfrenta:

  • No puedes salir del contrato por la fuerza, pero puedes acotar tu exposición. Reduce tu dependencia del Estado: educación autónoma, salud alternativa, economía paralela.

  • Aprende los mecanismos de objeción administrativa y reserva de derechos. Existen recursos jurídicos reales para impugnar actos ilegítimos (aunque pocos lo sepan usar).

  • Usa tu estatus de extranjero, viuda, soltero, incapacitado, jubilada, o lo que sea, como ventaja legal en lugar de debilidad.

Estrategia realista:
No vas a romper el contrato social, pero puedes vivir en sus márgenes, sin dejar huella cada vez que respiras.

4. Los derechos indisponibles

Barrote: Aunque tengas razón, el Estado puede decirte que no tienes derecho a decidir.

Cómo se enfrenta:

  • Estudia bien qué derechos son indisponibles y por qué. La clave está en la interpretación judicial, no en la ley escrita.

  • No entres en batallas sin estrategia: construye antes tu marco protector (testamento, poderes preventivos, guarda de hecho, respaldo médico, red de aliados).

  • En casos de familia: anticipa las jugadas del sistema, documenta desde el inicio, graba lo grabable, actúa preventivamente, no cuando ya estás en juicio.

Estrategia realista:
No luches “por el derecho” sino por tus libertades. Organízate desde el vacío del sistema. Documenta mejor que ellos. Acusa antes de ser acusada. 

5. Monopolio de la fuerza y de la interpretación

Barrote: El juez decide lo que quiera. El abogado obedece la lógica del sistema.

Cómo se enfrenta:

  • Deja de esperar justicia. Prepara el terreno como si fuera guerra.

  • No dependas del abogado para pensar. Prepárate tú, léete los códigos, los precedentes, los tratados, las reglas procesales. Que el abogado sea un ejecutor, no tu tutor.

  • Graba las audiencias, si puedes. Documenta cada contacto.

  • Si te toca elegir juez o tribunal: elige. Investiga. Recusa. Denuncia. Muestra los dientes jurídicamente.

Estrategia realista:
El juez no es neutral. Es un "sacerdote" del sistema. Actúa como si fuera tu enemigo, incluso si sonríe. No te dejes engatusar.

6. Lenguaje jurídico como código cifrado

Barrote: Si no hablas su idioma, no puedes defenderte.

Cómo se enfrenta:

  • Haz un glosario propio. Palabra por palabra, artículo por artículo para entender qué es lo que realmente quieren decir.

  • Desmonta sus eufemismos en tus escritos. Usa su lenguaje contra ellos: “Cuando dicen ‘interés superior del menor’, en realidad están diciendo ‘ajuste institucional a criterios estandarizados’”.

  • Traduce lo que escriben. Pide que lo traduzcan si no sabes hacerlo. Obliga a dejar claro lo que ocultan.

Estrategia realista:
Habla como ellos. Pero piensa como tú.

 

7. Trampa de los plazos y la carga probatoria

Barrote: Puedes tener razón y aun así perder, porque no lo dijiste a tiempo o no probaste lo que sabías.

Cómo se enfrenta:

  • Anticípate al litigio. No esperes a que empiece un juicio. Actúa como si el conflicto fuera seguro.

  • Guarda cada documento como si fuera oro. Pantallazos, correos, fechas, versiones anteriores. Todo sirve.

  • Aprende las reglas de prueba. ¿Qué se acepta como prueba? ¿Quién tiene la carga? ¿Hay inversión de carga en temas específicos? Esto cambia todo.

  • Domina el calendario. Si vas a juicio, los plazos son tu arma o tu condena. Usa recordatorios, alertas, cronogramas.

Estrategia realista:
Haz de cada día un acto procesal. El juicio empieza mucho antes de que te lo notifiquen.

8.  El derecho como ingeniería social

Barrote: Las leyes no están hechas para protegerte, sino para modelarte y someterte.

Cómo se enfrenta:

  • Detecta los valores ocultos en cada norma. ¿Qué modelo de madre, padre, hijo, estudiante, turista, ciudadano o pareja está premiando la ley?

  • No respondas desde el molde que ellos crearon. Si sabes que castigan a la madre defensora de sus crías, no les hagas el juego. No permitas que te vean  como a la madre loca. No les cuesta nada mandarte al psiquiatra y de hecho lo hacen todos los días con miles de madres. Entra como investigadora, como gestora de riesgos, como protectora estratégica.

  • Reconfigura tu imagen pública. No eres la víctima. Eres la testigo experta de una falla sistémica.

Estrategia realista:
En el teatro judicial, escoge tú el papel que representas. No dejes que te lo asignen.

9.  El pacto tributario invisible

Barrote: Trabajas medio año para financiar el aparato que te oprime.

Cómo se enfrenta:

  • Reduce la trazabilidad de tus ingresos. Trabaja por fuera cuando puedas, no defraudando impuestos, pues eso es un delito. Intercambia servicios, usa efectivo, criptomonedas, trueque. Todo legal siempre.

  • Constituye estructuras paralelas legales. Fideicomisos, cooperativas, asociaciones sin fines de lucro. No para defraudar, sino para no seguir sosteniendo lo que te asfixia.

  • Aprovecha tus exenciones. Si tienes familia numerosa o eres viuda, extranjera, minusválido, jubilado etc. Usa todo eso para minimizar tus obligaciones fiscales. La ley te protege

Estrategia realista:
No se trata de evadir. Se trata de no alimentar al sistema más de lo estrictamente necesario.

10. El mito del Estado de Derecho

Barrote: La ley dice que todos somos iguales. La práctica dice otra cosa.

Cómo se enfrenta:

  • Deja de creer en la justicia como ideal. Cree en ella como estrategia.

  • Denuncia públicamente. Usa los canales formales cuando convenga, pero usa también blogs, vídeos, redes, entrevistas. El poder odia la luz.

  • Internacionaliza el conflicto. Si la justicia local es un círculo cerrado, escala: comités de derechos humanos, prensa extranjera, observatorios, informes paralelos.

  • Documenta la parcialidad. Si te enfrentas a un fallo injusto, no lo aceptes en silencio. Responde con informes propios, apelaciones aunque sepas que no prosperan, cartas abiertas.

Estrategia realista:
Usa el discurso del Estado de Derecho contra el propio sistema que lo viola.

 

En resumen, no estás atrapado por lo que ves. Estás atrapado por lo que no ves y por lo que el sistema logra que dejes de mirar creyendo que "no sirve de nada".

Nombrar los barrotes no es recrearse en la cárcel. Es comenzar a ver las grietas por donde se cuela la fuga, la trampa, la salida.

Y no, no es fácil, no es rápido, y no es mágico.
Pero tampoco es imposible. Lo que es imposible es salir sin entender. Espero que te sirva esta exposición que has leído.

 

Te dejo tres links o otros tres articulos sobre estos mismos temas

EL ORDEN PÚBLICO Y LA VOLUNTAD POPULAR  

DERECHOS INDISPONIBLES: EL CANDADO DE TU LIBERTAD  

¿SON CADENAS NUESTROS DERECHOS?  

 

 

sábado, 21 de junio de 2025

OJO POR OJO, PIXEL POR PIXEL

La última trinchera: apagar la cámara. Black Mirror no era ficción. Era ensayo general.

 



Esta mañana me desperté y encontré  un montón de noticias apocalípticas, como corresponde a los tiempos en que vivimos. Mientras unos calculan si los misiles que tienen pueden reventar construcciones subterráneas a más de doscientos metros de profundidad, otros miden en los mapas si el país donde viven sería seguro caso estallase  una guerra nuclear de todos contra todos. Por lo visto, los que más posibilidades tienen de resultar ilesos son los chilenos. Dios sabrá por qué. Lo que sí sabemos todos es que el Creador ama a Chile.

Pero lo que me ha hecho levantar las dos medias cejas que me quedan es que dicen los noticieros que Irán —o mejor dicho, hackers simpáticamente vinculados a Irán— afirman haber accedido a cámaras de seguridad privadas en Israel. Y todos cuentan en seguida el mismo pseudo-chiste, "no es el inicio de una película distópica, aunque bien podría serlo". Según los informes que les han pasado las agencias de información oficiales, entre el 18 y el 21 de junio de 2025, mientras llovían misiles en Medio Oriente, alguien en Teherán podría haber estado viendo el salón de tu casa en Israel. Y sin metáforas. Literalmente.

Refael Franco, exsubdirector de ciberseguridad israelí y probablemente muy estresado, advirtió que los iraníes intentaron conectar cámaras domésticas para monitorear impactos de misiles en tiempo real, como quien mira el canal del clima, pero con explosiones. Y claro, no ayuda que muchas de esas cámaras domésticas sean fabricadas en China, el país que convirtió la videovigilancia en arte moderno y luego la exportó como quien regala cuchillos en una pelea. A lo mejor estas cámaras llegan al mundo con la inocencia de un huevo Kinder, solo que en lugar de un juguetito te viene un acceso remoto para terceros con intereses cuestionables en momentos "clave". Sería como comprar un espía decorativo que  graba, juzga y espera.

Y aquí es donde empieza lo jugoso, pues cuando me acuerdo de la mujer del César que no sólo debía ser buena sino parecerlo y de lo que aprendí en el libro (también chino) El arte de la guerra, me queda claro  que los persas, casualmente amigos y socios de los chinos,  no necesitan entrar en todas las cámaras. Tal vez en ninguna. Les basta con que la gente en Israel y en el resto del mundo crean que pueden hacerlo. Porque el miedo, en tiempos modernos, no necesita pruebas; solo buena distribución en redes sociales. Y en tiempos de guerra pues lo mismo.

En una guerra híbrida, como las que dicen los que entienden que estamos viviendo, la percepción tiene más poder que el misil. Decir que te observan puede desatar más paranoia que un ataque real de observación o de bombas. El mensaje iraní (si es que es cierto lo que cuentan los noticieros) no sería sutil: “Te golpeamos, y también sabemos qué cara pones mientras lo hacemos”. Es una combinación increíble de amenaza militar y episodio de Black Mirror.

Pero esperen, que hay un punto que hasta yo, una señora poco tecnológica, comprendo sin que me lo explique un jóven moderno. La vigilancia ya no necesita hackers. Las cámaras, los móviles, los router y hasta los despertadores, creo que todos traen la puerta abierta desde fábrica. O no se llaman puertas y se llaman portales o ventanas, pero de ninguna forma me parece que eso sea un error: obviamente es diseño. No es que te estén espiando; es que tú los invitaste. Vivimos en una sociedad donde -unos más que otros-nos hemos acostumbrado a retransmitir la vida. Hay gente que prefiere mostrar su dolor a vivirlo en silencio,  las lágrimas tienen filtros y los traumas, verdaderos o teatralizados,  son trending topics.

La intimidad se cambió por espectáculo. Cada cámara que se enciende, cada asistente de voz que “te escucha solo cuando lo llamas”, es un aplauso más para el gran circo del control. Y eso no es lo peor, lo que más asusta a gente como yo es que nos damos cuenta de que el verdadero sufrimiento ya no parece caber en este show. No queda espacio para él y además es incompartible, no es bonito, no monetiza y no tiene transición algorítmicamente linda en TikTok. Por cierto, chino también.

Y mientras el nuevo influencer de moda, osea el que circunstancialmente presume de más seguidores,  define el sentido común, te enseña a pedir perdón y cómo decir adiós a los traumas, algunos todavía se niegan a jugar. No poner una cámara en casa ya no es una decisión técnica ni te convierte en temerario, es una declaración existencial. Una resistencia contra la banalización, un acto casi punk de invisibilidad. Y me imagino que algunos vecinos israelitas y tal vez otros iraníes, hoy se felicitan de no haber caído en la tentación. Saben que pueden morir debido a los misiles que sus gobiernos están lanzando, pero saben que van a morir con un grado de dignidad y privacidad mayor.

En este teatro global, el único lugar donde aún eres dueño de tu intimidad es fuera de la tentación de convertir tu vida en un reality.

Isabel Salas


Si tienes ganas de seguir leyendo, tal vez te apetezca leer EL APOCALIPSIS FISCAL

Y si eres una mujer (o vives con una) mayor de 55 años tal vez te guste este artículo sobre EL SILENCIO HORMONAL 

sábado, 14 de junio de 2025

NÜSHU: AMOR Y AMISTAD ENTRE MUJERES

"No hay consuelo más fuerte, ni mirada más certera, que la de una amiga que ha vivido lo mismo."

Isabel Allende, escritora chilena.

 


Entre todas las cosas sobre las que nadie me ha preguntado aún me quedan muchos asuntos. Uno de los principales es la amistad y el amor entre mujeres. Y no me refiero al amor romántico de las lesbianas, sino al amor de amigas, que por supuesto las lesbianas también practican como mujeres maravillosas que son.

Me refiero a esa amistad femenina que el patriarcado se encarga de decirnos, casi diariamente,  que no existe, porque las mujeres no sabemos ser amigas. O no la necesitamos, porque las amigas malmeten y una mujer de su casa, con sus hijos, su marido y su trabajo no tiene tiempo para amigas, que además te pueden quitar al marido, como si los maridos fueran un bien tan apreciado en todos los casos.

Conozco mujeres que darían un brazo porque alguien les quitara (de encima y de al lado) al marido😂 Pero eso es otro tema. Hoy vamos a hablar de la amistad y el cariño entre mujeres usando el ejemplo de las mujeres chinas que durante 1000 años usaron el Nüshu y para eso empezaré por explicar qué era y si en algo me equivoco agradeceré que alguna mujer china me corrija para atenerme a la verdad pues esta historia no necesita adornos ni invenciones para hacerla grandiosa.

El Nüshu (女书) —literalmente “escritura de mujeres”— es un sistema de escritura único en la historia de la humanidad, creado y utilizado exclusivamente por mujeres en una región concreta del sur de China, especialmente en el condado de Jiangyong, provincia de Hunan. Lo fascinante no es solo su existencia, sino el hecho de que sobreviviera durante siglos, en una cultura profundamente patriarcal, como lenguaje íntimo, secreto y solidario entre mujeres. 

Lo primero que me llama la atención es que no es un idioma oral nuevo, sino un sistema de escritura particular que las mujeres usaban para escribir su lengua hablada, un dialecto del chino xiang del sur (muy distinto al mandarín). Ya que ellas tenían vedado el acceso a la alfabetización , simplemente inventaron otra forma de escribir su propio idioma. Si esto no es ser revolucionaria y valiente, que venga Dios y lo vea. 

En segundo lugar, y esto me parece extraordinario, es que usan las sílabas. Osea su idioma secreto y privado es silábico, no logográfico como los caracteres chinos tradicionales. Cada signo que usan representa una sílaba, y tiene una estética caligráfica característica: trazos largos, inclinados, delicados, casi como bordados en papel.

Se escribía de forma vertical, de arriba abajo, y de derecha a izquierda y tiene unas 600–700 grafías básicas, frente a los miles de caracteres del chino estándar. Suficiente para representar el dialecto local de una forma nueva y diferente a como escribían los hombres el mismo idioma que tanto ellos como las mujeres hablaban.

Solo lo usaban mujeres no escolarizadas, en zonas rurales. Aprendían Nüshu en la intimidad del entorno femenino (madres, tías, amigas), nunca en la escuela ni con hombres. Generalmente escribían  cartas, poemas, canciones, autobiografías y relatos de sufrimiento o solidaridad.

Era común que las mujeres lo utilizaran para enviarse cuadernos de “cartas de hermanas del alma” (jiebai zimei), una especie de pacto espiritual entre mujeres que obviamente no se casarían entre sí, pero se comprometían a una amistad más fuerte que la de sangre y que tal vez podría considerarse tan fuerte como el matrimonio (hasta que la muerte nos separe) y que quedaba sellado con mucha profundidad.

También se usaba en rituales como el de la “cama de matrimonio”: antes de que una mujer se casara (y fuera enviada lejos de su familia), sus amigas y familiares le regalaban un cuaderno de Nüshu con canciones y consejos, a veces acompañado de bordados o pañuelos también inscritos.

El Nüshu fue, por tanto,  una forma de resistencia pasiva en un contexto de opresión femenina total. Las mujeres no podían ir a la escuela, ni heredar, ni participar en la vida pública. Como sucedía en Europa y sucede hoy en contextos musulmanes. En muchos casos, eran esclavas domésticas o casadas por conveniencia y el dominio del Nüshu les permitía tener voz, memoria, historia compartida y una red de apoyo emocional invisible para los hombres.

Lamentablemente el Nüshu empezó a declinar a mediados del siglo XX, con el colapso de las estructuras rurales tradicionales y el ascenso del comunismo. Durante la Revolución Cultural (1966–1976), fue perseguido y quemado como superstición feudal. Y esto llevó a que muchas mujeres escondieran o destruyeran sus escritos por miedo. Por lo que he estado averiguando la última mujer conocida que lo usaba con fluidez se llamaba Yang Huanyi, y ella murió en 2004

Desde que terminaron de intentar destruirlo hasta hoy ha ido siendo rescatado pero en versión turística y académica. Desde los años 90, el gobierno chino lo ha promovido como “patrimonio cultural”, aunque con fines más decorativos que auténticos y hoy en día existen museos, talleres y estudios universitarios dedicados al Nüshu, sin embargo ya no hay una comunidad viva de mujeres que lo use naturalmente.

El riesgo de que se folclorice, se convierta en mercancía estética para turistas y pierda su carga subversiva es total, me temo que pronto veremos camisetas y bolsas con los versos que estas mujeres escribieron desde el terror y el dolor y pasará como pasó con la foto de Marilyn o el símbolo del ying y el yang. Se vanalizará y tratarán de quitarle la profundidad y el significado.

Cuando eso pase espero que haya mujeres en China y aquí que recuerden que no era un idioma secreto por definición, sino “privado”: no oculto, sino marginalizado. Los hombres no se molestaban en aprenderlo. Tambien es importante que sepan que el Nüshu no tenía valor legal, ni reconocimiento oficial. Por eso sobrevivió sin despertar sospechas. Las mujeres siempre debemos tener en mente esas vías porque no sabemos cuando podremos necesitar comunicarnos entre nosotras sin ser fiscalizadas ni custodiadas.

La función principal de esta maravilla era sanadora y relacional, más que informativa. Fue una lengua del alma escrita con trazos de dolor y ternura, en una sociedad y época que, como las nuestras, negaba a las mujeres toda forma de expresión pública. Es el ejemplo más puro de lenguaje simbólico femenino autónomo que yo he encontrado. Si alguien conoce otro que se pueda comparar, por favor, que me escriba y me lo enseñe.

Lo grandioso de esta forma de escritura es que no nació para competir con el poder masculino, sino para sobrevivir al margen de él. Y en eso, su valor político es incalculable. Por desgracia la mayoría de manuscritos Nüshu fueron destruidos, enterrados o quemados por lo que los que sobreviven son extremadamente raros y valiosos. Las copias escaneadas incluidas en colecciones académicas (como la obra en varios volúmenes editada por Zhao Liming en 2005) permiten transcribir e interpretar más de 640 documentos reales

¿Qué muestran estas muestras? Por un lado la estética visual del Nüshu: trazos alargados, formas rústicas pero refinadas, disposición vertical. Y por otro la función íntima del sistema: cartas privadas, jiebai (hermandad espiritual), autobiografías y textos emocionales.

A continuación comparto dos textos auténticos escritos originalmente en Nüshu por mujeres de la región de Jiangyong. Los fragmentos han sido traducidos por sinólogos y expertas como Zhao Liming y Fei-Wen Liu. Los muestro aquí traducidos al español, espero que con fidelidad. Me conmueve el tono íntimo y poético que caracteriza este tipo de escritura.

 Texto 1. (Transcripción parcial de un cuaderno entregado a una amiga que se iba a casar) Este tipo de textos se escribía sobre tela o papel, acompañado de bordados o dibujos. No era solo una despedida: era una afirmación de hermandad en un mundo que no dejaba lugar a los lazos femeninos no familiares.

Junto al pozo, no se tiene sed.
Junto a la hermana, no hay tristeza.
Hoy mi corazón está roto,
te vas a la casa de otros.
Nuestra amistad fue como el arroz en la olla:
hirvió, se mezcló, se hizo uno.
Ahora cada una se sienta sola.
Yo aquí, tú allá.
No tengo palabras, solo lágrimas.
Que tu nueva casa te trate bien.
Que no olvides nuestras canciones.
Que no olvides nuestras risas.

 

Texto 2 — Poema autobiográfico (Compuesto por Tang Baozhen, mujer letrada en Nüshu a principios del siglo XX) Este poema refleja lo que muchas mujeres no podían decir en voz alta. El Nüshu la ayudó a escribir su diario íntimo.

 

Sentada sola en una habitación vacía,
no pienso en nada más
que en escribir este canto para lamentar mi dolor.
Nací mujer de destino seco,
sin suerte, sin alegría.
Mis padres me vendieron por arroz y tela.
Mi esposo no me ama.
Solo la luna me escucha.
Solo el pincel me acompaña.


Estas traducciones proceden de documentos reales estudiados por Zhao Liming (赵丽明), principal conservadora e investigadora del Nüshu en China, y de los archivos del Museo del Nüshu en Jiangyong. También se han publicado fragmentos en obras como: Fei-Wen Liu, Gendered Words: Sentiments and Expression in Changing Rural China.

 

Lo que esas mujeres escribían no era poesía en el sentido academicista y pretencioso del término, sino vida comprimida en palabras, sin impostura. No les importaba la métrica, ni la originalidad, ni el aplauso. Les importaba, seguramente, no volverse locas del todo. Puedo imaginar que les importaba que  otra mujer las entendiera. Yo, soy mujer igual que ellas y las entiendo porque parte de lo que escribieron ha llegado hasta mí y he vivido momentos de opresión como mujer y madre que me ayudan a comprender.

Adivino que querían saber que si alguien leía sus escritos después de que ellas ya no estuvieran vivas, supiera que hubo dolor, que hubo ternura, que hubo pacto entre mujeres en medio de una estructura brutal que las usaba, las vendía y las silenciaba.

Y sí, mucho más valor tiene eso que los poemitas aburridos sobre la mariposa en el almendro escritos por varones aburridos que nunca han sabido lo que es perder un hijo o una amiga por culpa del matrimonio, del hambre o del Estado. Ellas no escribían “para la eternidad”, ni para que la academia las validara. Escribían para resistir el día siguiente. Y eso deja más huella que mil versos con ruiseñores, estrellas aburridas y líricas aclamadas por varones narcisistas.

Texto 3 — Carta de hermanas juradas (jiebai), tipo sanzhaoshu

(Extracto de un cuaderno entregado a una amiga que se casaría) Procede de lo que se llama un cuaderno del tercer día, entregado tras la boda, lleno de consejos, deseos y despedidas íntimas de amigas que tal vez nunca más te podrían ver ni visitar.

Juntas en la misma olla, el arroz ya es una sola vida.
Hoy te acercas a la nueva casa,
yo me quedo con la olla que gime vacía.
El corazón se encoge y el agua se congela en los ojos.
Cuando la luna brille grande,
que recuerdes nuestras risas bordadas en azul.
Que no olvides la canción que tejimos.

Texto 4 — Poema autobiográfico, estilo su kelian (En este género, la mujer lamenta su destino limitado)

Mi vida fue labranza sin semillas,
un campo seco ante la lluvia ausente.
Las voces ajenas decidieron por mí:
mi hogar, mi nombre, mi camino.
Escribo un lamento que nadie escuchará,
salvo la luna que alumbra mi tela solitaria.

Semejante a lo que describen Liu o Zhao Liming en sus recopilaciones de autobiografías escritas en Nüshu

Quiero terminar diciendo que encuentro  un paralelismo profundo del Nüshu   con ciertas formas de expresión simbólica femenina andina que, aunque no siempre han sido reconocidas como “escritura”, contienen lenguaje, memoria y protesta. En muchas regiones de Perú, especialmente en la sierra sur y en comunidades quechuas o aimaras, las mujeres bordan, tejen o hilvanan símbolos en sus faldas, mantas (lliqllas), monederos, cinturones (chumpis) o sombreros. A primera vista pueden parecer simples decoraciones coloridas, pero en realidad forman parte de un código que ellas mismas reconocen, transmiten y reproducen con variaciones, según su linaje, su experiencia o el contexto social.

No se trata de un alfabeto fonético como el Nüshu, pero sí de un lenguaje gráfico y simbólico que transmite información concreta: motivos de pertenencia familiar, señales de duelo, resistencia silenciosa, alegorías del ciclo agrícola, del cortejo, del parto, del abandono. El lenguaje de los hilos y los tejidos, aunque no represente sonidos, sí representa sentidos compartidos por la comunidad femenina que lo entiende y lo perpetúa. Es significativo que muchos antropólogos hayan ignorado sistemáticamente este tipo de lenguaje por no parecerse a la escritura occidental, lo cual no hace más que evidenciar el sesgo masculino y académico con el que se ha construido la historia de la cultura. Cuando se entrevista directamente a las mujeres bordadoras, no a los caciques ni a los expertos varones, muchas de ellas afirman con claridad que sus bordados “hablan” o “cuentan cosas”.

En este sentido, las similitudes con el Nüshu son reveladoras. El Nüshu traduce un idioma hablado a grafías silábicas; el bordado andino, por su parte, traduce vivencias, relaciones y cosmovisión a símbolos textiles. Ambos sistemas eran usados y entendidos exclusivamente por mujeres, nacieron y se mantuvieron al margen de las estructuras oficiales del poder, se transmitían de madre a hija o entre amigas, y su contenido tenía casi siempre una carga emocional y social intensa: muerte, migración, maltrato, maternidad, memoria. Eran formas de decir lo que no se podía decir en público, formas de registrar lo que la historia oficial, siempre patriarcal, jamás se detendría a escribir.

Un ejemplo actual de esta escritura simbólica lo encontramos en las bordadoras de Ayacucho. Después del conflicto armado interno en Perú durante los años ochenta y noventa, muchas mujeres que perdieron a sus hijos o a sus maridos comenzaron a bordar escenas de la violencia en mantas, tapices o prendas de vestir. Esos bordados muestran helicópteros, soldados, sangre, iglesias, niños huyendo, madres llorando. Ellas no redactan manifiestos ni publican libros, pero registran su historia con la aguja como pluma, dejando en la tela el testimonio de lo que vivieron y de lo que nunca se quiso escuchar.

Esto nos lleva a la pregunta fundamental: ¿es eso escritura? La respuesta depende de cómo definamos el acto de escribir. Si exigimos que toda escritura represente sonidos, entonces no lo es. Pero si aceptamos que escribir puede ser representar significados compartidos de forma codificada y transmisible dentro de una comunidad, entonces sí lo es. Y no solo eso: es una forma de escritura profundamente legítima, íntimamente vinculada con la supervivencia, la memoria y la dignidad. Para quienes han vivido y muerto dentro de ese código, los hilos hablan más fuerte que muchas letras.

El Nüshu también se bordaba, y no solo se escribía con pincel o pluma sobre papel. Esto es fundamental para comprender que no era simplemente una escritura en el sentido tradicional, sino un lenguaje integral femenino, que podía trasladarse a distintos soportes según el contexto y el propósito. Se bordaba sobre pañuelos, cintas, fajas, manteles, abanicos, fundas de almohada y sobre todo en los regalos que las mujeres se intercambiaban antes del matrimonio o en rituales de despedida. No se bordaban textos largos como los que se escribían en cuadernos, sino versos breves, nombres, dedicatorias, fórmulas de afecto, o a veces un solo carácter simbólico que la destinataria sabía interpretar.

Sí, repito, el Nüshu se bordaba, y esa dimensión textil lo une aún más con las formas de expresión femenina de otras culturas, como los bordados de Ayacucho, los pañuelos de duelo en Turquía o los mantos saharauis. Fue una forma de escritura no solo íntima, sino encarnada en objetos, lo que la vuelve aún más poderosa. Me pregunto si hoy las niñas de nueve años que son casadas a la fuerza con pederastas en los países que aceptan esta aberración también bordan. O si las niñas que han sufrido ablación tienen un lenguaje secreto que un día descubriremos espantados del horror que están viviendo.

Parece que el Nüshu no solo se escribía, en cierto modo se tejía y se entretejía con la vida cotidiana, tal y como las amistades verdaderas entre mujeres. Amistades y compromisos que trascienden el tiempo y el espacio y unen a nuestras hermanas chinas con las niñas que hoy siguen siendo obligadas a casarse a la fuerza y a parir con diez, doce o trece años. Con las madres que pierden sus hijos o son patologizadas y obligadas a seguir tratamientos psiquiátricos por orden de jueces de familia. 

 Isabel Salas

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